Para la gran mayoría de emprendedores es normal no conocer los aspectos legales que abarca el derecho civil, mercantil, fiscal, laboral y administrativo. De hecho, hay muchos conocimientos a tener en cuenta, y es casi imposible estar al tanto de todos ellos si no eres un profesional en la materia.
Por ello, las empresas y autónomos necesitan tener las espaldas cubiertas ante posibles amenazas que puedan afectar su actividad habitual. Una mala interpretación, un desliz o una nueva ley desconocida puede acarrear sanciones económicas o problemas judiciales.
De forma que las principales funciones de los asesores legales o jurídicos en el ámbito empresarial son:
Aconsejar a las empresas con todas las disposiciones legales que rigen el sector de la actividad que realizan.
Proponer políticas legales que faciliten el cumplimiento de las normativas.
Asesorar en procesos judiciales que afecten a le empresa, defendiendo sus intereses.
Informar al cliente sobre las actualizaciones normativas y ayudar a que el régimen interno se lleve a cabo acorde a la legislación vigente.
Intermediar entre las negociaciones con la administración, trabajadores o clientes para la toma de decisiones o la firma de contratos.